Para empezar, diré, que la bienvenida de Antonio Jorge fue magnifica, con ese suculento y tipico pastel de la zona y ese vinho verde magnifico. luego, en todo momento, al surgir, cualquier contratiempo, ahí estaba Antonio presto para solventarlo todo. El apartamento esta superbien, n le falta de nada, bueno, una cosa (las cortinas en el salón, jejeje) pro por lo demás, extraordinario, todo muy amplio, y n ha faltado ningún detalle; nos dejo hasta café portugués, buenísimo, champú, gel, vamos, no se podía pedir mas. Furadouro es una pequeña localidad simpática y acogedora donde no falta casi de nada, de todos modos, para nosotros fue nuestro cuartel general de donde partimos para visitar otras localidades como Oporto, Aveiro y Ovar. Aunque eso si, olvidarse de ir allí a bañarse, el mar siempre con mucho oleaje y un frió que desde luego no invita para nada a bañarse, a no ser, que sea en la estupenda piscina climatizada que tiene el complejo, al que dicho sea de paso no le falta de nada. Gracias Antonio