Estuvimos una noche en el camino de retorno de Normandía a Madrid. De haber sabido lo especial que es el sitio hubiéramos reservado para más días, desafortunadamente al día siguiente el hotel estaba completo
Se trata de una antigua casa de campo, de tamaño grande, paredes de piedra, espacios cálidos y a la vez modernizados, un gran jardín, más cuidado en los alrededores de la casa y más salvaje al alejarse. Las habitaciones están cuidadosamente decoradas con muebles vintages, antigüedades, combinados por obras y fotografías más modernas. Hay libros, muy bien elegidos y de temática muy variada por toda la casa.
El desayuno es excelente, casero, abundante y servido por los propietarios de la casa, que son encantadores. El trato es familiar y el ambiente es tan acogedor, que eso se transmite a los clientes y es casi imposible no iniciar una agradable conversación con el resto de huéspedes
La relación calidad-precio es extraordinaria. Merece la pena hospedarse en esta fantástica casa, ya sea para pasar unos días o incluso como hotel para visitar Bordeaux, situada a unos 85 km
Volveremos sin dudarlo.