Conocí un Montevideo diferente al que conocí la primera vez que fui, mi hospedaje hizo que ahora me sintiera en casa, ya que desde el principio encontré un ambiente cofortable, de confianza y con respeto, esto es lo que más me ha gustado, la personalidad de la familia entera! congenió conmigo y me hicieron sentir genial! con su manera de ser ellos mismos, sin caretas ni disfraces.
La vivienda me gustó porque es acogedora, tiene todos los servicios necesarios, no extrañé nada, desde el primer día, como parte del servicio, tuve teléfono celular para comunicarme dentro del país, con nuevos amigos y con la familia Padrón, aunado al uso del WiFi mientras estaba en casa, se puede usar la lavadora si hay necesidad de hacerlo, además todo el tiempo hay agua para bañarse en cualquier momento, incluso si hace mucho frío, siempre hay agua caliente, en el jardín hay una piscina para refrescarse que solo con verla ya me relajaba, porque está justo al lado del huerto que también usamos para cuando cocinabamos juntos, intercambiando recetas y comiendo muy lindo!
El lugar para hacer los asados es tan cómodo y fresco, porque en el frente hay uvas que cubren lo fresco de la noche y en el día dan una sombra deliciosa, además, a quienes les gustan las mascotas, el Zorro (un perro Simarrón) es muy amigable y la Chorcha es una gatita estilosa y cariñosa, ninguno de los dos molestan, más bien dan todo su cariño.
Si lo que se quiere es aprender a movilizarse en Montevideo, la ubicación de la familia Padrón, ayuda mucho a esto, porque está solo a un par de cuadras de una de las Avenidas principales, en donde pasan todos los buses que te llevan a cualquier parte, y si quieres ir a dos de las playas más lindas de la ciudad, la casa está ubicada a una cuadra de otra vía importante, que caminando se llega en menos de 20 minutos, y si se toma un bus, en un instante se llega a Malvin, o bien a la de Buceo. Mientras estuve viviendo allí, no estuve en el centro, ni cerca de la rambla, pero no me importó, porque podía llegar en cualquier momento a donde quisiera, porque mi objetivo era conocer y aprender a movilizarme, la ubicación, me ayudó mucho... No está ubicada en un lugar peligroso, considero que es accesible, aunque alguien puede decir que está a trasmano, depende del punto de vista de cada quien, yo no conocía el lugar y luego de conocerlo me sentí muy cómoda.
No obstante de que en mi país, las fiestas de fin de año son muy de familia, la familia Padrón, se encargó de hacer un festejo tan peculiar, que fue tan lleno de alegría, que disfruté enormemente, porque compartimos en familia y con personas de diferentes países: italia, Estados Unidos, Guatemala, España, Francia y Uruguay, disfrutando de manera especial, esas fechas y hermanándonos con la alegría de la Navidad y del Fin del año.